Visitar la Comarca de Tarazona y
el Moncayo, es una oportunidad excelente de conjugar patrimonio y naturaleza y
una opción de ocio familiar muy recomendable.
Lo ideal es no complicarse
demasiado, preparar unos bocadillos y pasar un día completo en el Moncayo
-entre otras opciones que os iremos detallando en nuestros próximos consejos-.
El Moncayo tiene un encanto único
y ¡a los niños les apasiona tanto en invierno por su paisaje nevado como en el
resto del año cuando descubren setas, piñas, flores, etc!.
Los peques de la casa, después de
toda la semana en el colegio y todas las demás actividades preestablecidas,
sólo quieren cuando llega el fin de semana, sentirse libres y correr a sus
anchas.
Según se empieza a subir al
Moncayo, encontramos un primer merendero con acceso para minusválidos, que cuenta con un amplio parking y un
restaurante (donde poder al menos tomar un cafecito e ir al baño). El espacio
natural que rodea a las mesas ahí colocadas es muy relajante y con mucha sombra
y no entraña peligro para nuestros hijos. Sólo hay que tener en cuenta que los
espacios con mesas aunque son amplios, están rodeados de la carretera estrecha
que sigue subiendo hasta la cima del Moncayo. Por estas carreteras no circulan
demasiados coches y no lo hacen a mucha velocidad pero hay que vigilar que los
pequeños jueguen en todo el espacio de monte y no salgan a la calzada.
Este entorno es perfecto para que
tanto los niños como sus padres tengan un tiempo de esparcimiento y disfrute.
Generalmente se reúnen familias enteras con abuelos, tíos… o grupos de amigos
con hijos pequeños donde los niños aprovechan para jugar al balón, recoger
piñas que caen al suelo o divertirse simplemente tirando piedrecitas a los arroyos
del paisaje.
Al final se pasan las horas casi
sin darnos cuenta. Los mayores estamos en un ambiente distendido y los niños
están encantados correteando sin normas!
¿No es acaso un plan perfecto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario